martes, 10 de septiembre de 2013

“La lectura nos abre las puertas del mundo que te atrevas a imaginar”- Yamila Berta


Dr. Jekyll: entre el ser y el deber ser









“Dr. Jekyll: entre el ser y el deber ser”.
Resumen:
                   El artículo tiene como finalidad abordar la obra literaria “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” de Stevenson desde una perspectiva innovadora conjugando en un mismo análisis aspectos relacionados con las características de la novela  y  otros aspectos que lo vinculan con la psicología.
De la novela podemos decir que la obra posee como características sobresalientes la descripción de personajes y de escenarios, diálogos, contextualizado en espacio y tiempo (Londres fines del S XIX).
Este estudio pretendió ir más allá del análisis de la obra como expresión de la novela de misterio; indaga en la descripción del personaje que hace el autor para encontrar un trasfondo psicológico digno de ser analizado desde los aportes del psicoanálisis de  Sigmund Freud.
                El psicoanálisis y Jekyll, la obra se sumerge en la psiquis de su personaje principal evidenciando a un hombre culto, socializado, instruido, pero que anhela ser lo que no es, anhela su ser reprimido, su antítesis, es un ser incompleto porque el condicionamiento social lo obliga a ser una representación de un caballero; ya no es una persona, es un personaje. Indaga la obra en el concepto freudiano de la culpa, qué es para el personaje la culpa, de qué depende sentir, o no culpa. ¿Quién es en verdad el Dr. Jekyll?, ¿es un caballero o es el salvaje Sr. Hyde?.
El psicoanálisis nos habla de nuestra dualidad (conviven en nosotros los impulsos de vida y de muerte, nuestro Eros y Tanatos), nos vemos obligados a reprimir nuestra libido (ese impulso de energía) en pos de un control de nuestro cuerpo y de nuestros pensamientos.
Jekyll y Hyde son dos caras de una misma moneda, son los rostros de nuestra dualidad, de nuestro ser reprimido y de nuestro ser civilizado. Somos Jekyll y Hyde, desde el psicoanálisis podemos indagar en los aspectos de la obra y de nosotros mismos.

Palabras claves: Psicoanálisis, Freud, socialización, libido, impulsos de Eros, impulsos de Tanatos, Psiquis, novela, culpa.



La Lectura:
Leer y escribir son dos actividades que podríamos decir propiamente humanos, la lectura y la escritura están intrínsecamente unidas, son como dos caras de una misma moneda, ambas son humanizadoras. Y no es menor que trate en estas líneas el tema de la humanización y de las dos caras de una moneda, pero dejaré para más adelante la profundización de este tema cuando llegue el momento del análisis de la obra literaria escogida, ahí el lector comprenderá mejor mis palabras.
En las líneas precedentes he señalado por qué a mi parecer es importante la lectura (y escritura), ahora argumentaré por qué es importante que un futuro docente dedique parte de su tiempo a leer, no sólo textos académicos, sino textos como  la poesía, los cuentos y en especial las novelas.
Características de las novelas:
La importancia de leer novelas clásicas:
Muchas veces me he preguntado qué es lo que hace que un libro se convierta en un clásico de la literatura, es difícil decirlo, porque no hay fórmulas, pero sí podría decirse algunas de las características que tienen los clásicos.
·         Trascienden el contexto histórico, social, cultural y político en que fueron escritas.
·         Presentan temáticas que son universales, trascendentes, enmarcadas lógicamente en su contexto, pero que están narradas de forma tal que hacen que el lector fácilmente se apropie de la obra, que la interprete y la “viva” según su propio contexto, es decir, se produce una transtextualidad entre el lector, la obra, lo que el escritor plasmó en la obra con el contexto de su lector ( y con su contexto).
¿Por qué leer Dr. Jekyll y Mr. Hyde?
Para comenzar diré por qué es una novela, tomando como fuente la Enciclopedia Salvat: es una obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y cuyo fin es causar placer estético a los lectores por medio de la descripción o pintura de sucesos, de caracteres, de pasiones y de costumbres. Existen varios estilos de novelas (Novela Caballeresca, Novela de Ciencia Ficción, etc.).
En la novela se combinan la narración, la descripción y el diálogo, con el fin de recrear un mundo imaginario en el que los personajes viven unos sucesos, también imaginarios, pero verosímiles o plausibles.
El desarrollo de sus acontecimientos obedece al tema o idea esencial que el autor desea comunicar. Puede elaborarse en primera o tercera persona y presentar estructuras muy variadas. Por su carácter de narración de sucesos, se la relaciona con la épica antigua.
Exigencias dominantes en la Novela: 
v  Orden cronológico de los acontecimientos referidos.
v  Relación de causalidad que los unifica (narración e intriga).
En la evolución reciente del S XX el orden temporal es inverso, del presente hacia el pasado, en simultaneidad temporal, o en una relación de causalidad sólo implícita.
El diálogo, otro elemento importante, permite aproximarse al mundo de las apariencias o íntimo de los personajes, según el relieve expresivo que se le conceda (como ilustración del relato, como determinante de la acción al estilo de algunas novelas contemporáneas de intriga).
La obra escogida presenta características de novela, porque hay una secuencia de hechos que se suceden en un orden cronológico, hay personajes (y descripción de los mismos) e interacción entre ellos, hay una narración en tercera persona, existen una relación de causalidad que unifica la obra, una coherencia y cohesión en el relato que mantiene la intriga hasta el final, tiene un desenlace. Al estar fuertemente marcada por la intriga y descripción de hechos, lugares y personajes misteriosos, dejando “pistas” para que el lector saque sus conclusiones y vaya hilvanando los hechos se la podría catalogar como novela policial (por el suspenso que encierra), además combinada con la novela epistolar (tipo de obra narrativa en la que la acción progresa a través del intercambio epistolar. Las cartas develan el perfil psicológico que el novelista concede a sus personajes).
Es un clásico porque trascendió una época y su contexto espacial, el propio autor dejó al lector la libre ubicación temporal a no presentar elementos que permitan una ubicación exacta, sí sabemos que los hechos transcurren en Londres en el S XIX, pero no sabemos exactamente cuando, una de las cartas del Dr. Jekyll comienza “Nací en Londres en el año 18…” (Stevenson;1972:80).
Los personajes están descriptos en su forma justa, con esto quiero decir que la descripción mayoritariamente la hace el lector por medio de inducciones de acontecimientos narrados y de cómo reaccionan los personajes ante los hechos, son personajes que presentan un aire de misterio y dejan muchas interrogantes planteadas. Lo importante en la obra es presentar una serie de acontecimientos que se presentan como misteriosos y la “mutación” (física y espiritual) que hace el personaje principal.
La temática de esta obra es universal y a temporal, la lucha personal (intelectual y espiritual) entre nuestro ser bueno, noble, socializado y nuestro ser más salvaje, nuestros instintos primarios, bestiales que se asemejan a lo repudiable por la sociedad, y por nosotros mismos, es nuestro yo reprimido.
El autor:
Robert Louis Stevenson, seudónimo de Robert Lewis Balfour, nació en Edimburgo, Escocia el 4 de noviembre de 1850 y muere en 1894.. Inició su carrera literaria con relación a sus viajes y ensayos morales y literarios. Cursó estudios de Ingienería y Derecho aunque nunca ejerció como abogado.
Realizó muchos viajes por Europa, América y varias islas del océano Pacífico. El éxito obtenido con “Treasure Island” (1883) decidió su posterior inclinación hacia las novelas de aventuras.
La Obra:
En “Strange case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde” escrita en 1886 se plantea un caso de desdoblamiento de personalidad, realizado en forma de descripción psicológica del personaje principal.
El narrador en esta obra es externo, narración en tercera persona, es quien nos cuenta la historia, quien nos informa lo que piensan o sienten los personajes.
La narración en primera persona aparece con las cartas, es ahí cuando podemos saber lo que realmente piensa y sienten algunos de los personajes en sus propias palabras.

Está dividida en 10 capítulos:
Cap. 1. Cap. 2 En busca de Mr. Hyde. Cap. 3 La tranquilidad del Dr. Jekyll. Cap.4 El asesinato de Carew. Cap.5 La carta de Mr. Hyde. Cap.6 El caso del Dr. Lanyon. Cap.7 El misterio de la ventana. Cap.8 La última noche. Cap.9 El relato del Dr. Lanyon. Cap. 10 La confesión de Henry Jekyll
Los personajes: por orden de aparición.
Son 10 personajes que aparecen identificados con el nombre en la obra.
1) Abogado Utterson (amigo de Jekyll). 2) Richard Enfield pariente lejano de Utterson, es quien acompaña a Utterson en la investigación, realizan juntos paseos dominicales, si bien parece para quienes los observan que juntos se aburren, lo cierto es que “…ambos ponían el mayor interés en esas excursiones” (Stevenson;1972:8). 3) Henry Jekyll (Dr. En medicina y leyes). 4) Edgard Hyde (aparece en principio su nombre en el testamento de Jekyll como un amigo). 5) Dr. Lanyon (amigo de Utterson y de Jekyll). 6) Poole (mayordomo de Jekyll). 7) Danvers Carew (asesinado por Hyde, fue Lord miembro del parlamento). 8) Inspector Newcomen de Scotland Yard. 9) Guest (secretario y grafólogo). 10) Bradshaw.
De todos los personajes podría decirse que los protagónicos son Utterson, Enfield, Lanyon, Jekyll y Hyde. Dentro de éstos se destaca Utterson, ya que es él quien lleva adelante la investigación y el esclarecimiento de los hechos “misteriosos” que se han suscitado. Es un hombre frío, parco y lacónico, pero que igual era simpático.
Henry Jekyll en el cap.3 aparece su descripción, es un hombre culto, instruido, estudió medicina y leyes, “…un cincuentón alto, buen mozo, de rostro sereno, acaso con una velada sombra de disimulo, pero con todos los rasgos de inteligencia y bondad” (Stevenson; 1972:78), es muy querido por sus amigos, son ellos quienes se preocupan por su desaparición, por el testamento y por los extraños acontecimientos que lo rodean.
Edgard Hyde, en un principio aparece como un personaje misterioso del que nada se sabe, salvo que es amigo y heredero de Jekyll. Es escurridizo, no se deja ver con claridad, causa repulsión tanto por sus actos (como el haber pisoteado a una niñita y huir sin socorrerla) como por su apariencia (es de descrito como deforme) “Hyde era desmedrado y pálido y , aunque no pudiera señalar ningún defecto en su conformación, producía una impresión de deformidad; tenía una desagradable sonrisa, hablaba con voz opaca, baja y entrecortada, (…) una rara mezcla homicida de cobardía y audacia…” (Stevenson; 1972:23). En capítulos siguientes descubrimos verdaderamente quien es Hyde, la otra cara de Jekyll, su lado perverso y maligno, también aparece como más joven y fuerte que Jekyll.
Hastie Lanyon, colega de Jekyll, amigo de Utteerson, fue amigo inseparable de Jekyll, pero por diferencias éticas en lo referente al manejo de la profesión médica y científica se distanció de él.
Resumen de la obra:
El abogado Utterson se ve en la difícil situación de tener que aceptar, con desagrado, el testamento de su viejo amigo el Dr. Jekyll, testamento que además es un documento curioso, porque habla de dejarle toda su fortuna a un sujeto llamado Hyde, el cual es un desconocido para el círculo de amigos de Jekyll, en caso de “…desaparición o ausencia inexplicada por un período mayor a tres meses” (Stevenson; 1972:16). Utterson preocupado por la ausencia de su amigo Jekyll y por su extraño testamento lleva adelante una serie de indagaciones para descubrir que tipo de vínculo  une al despreciable Sr. Hyde con el honorable Dr. Jekyll. En apariencia no tiene puntos en común son como el agua y el aceite, pertenecen a mundos distintos. El abogado cree que su amigo corre peligro y que es víctima de algún tipo de extorsión por parte de Hyde.
Jekyll le pide a Utterson que se olvide del asunto, le dice que se encuentra bien y que no se preocupe por él.
Transcurrido un año Londres se ve sacudida por el crimen de Danvers Carew, el principal sospechozo es Hyde.
Jekyll le promete a Utterson que Hyde se ha marchado y no volverá, le entrega una carta escrita por Hyde donde confiesa que se ha comportado de forma deshonrosa.
El abogado le entrega a un grafólogo la carta de Hyde , en conclusión dice que la letra no es de un loco, aunque tiene una letra extraña y vertical, la compara con la de una tarjeta escrita por Jekyll y concluye que ambas cartas fueron escritas por la misma persona, son letras muy semejantes, sólo nse diferencian por la inclinación.
Desaparecido Hyde, Jekyll retoma a la vida pública y se dedica a obras de caridad. Pero esta situación duró poco, Jekyll parece haber enfermado, al igual que su colega Lanyon, éste muere en pocos días.
Hasta aquí hemos acontecido a una serie de acontecimientos “misteriosos”. Para develar los misterios se introduce en la novela el género epistolar.
A Utterson le llega una carta post mortem del Dr. Lanyon, en ella decía que no se debía abrir hasta que Jekyll haya muerto.
El abogado preocupado se dirige a la casa de Jekyll, pero sus empleados le informan que lleva días sin verlo, que se comunican con él a través de la puerta y que le pasan la comida por una abertura de la misma. No lo han podido ver. Utterson pide un hacha para derribar la puerta y así lo hace, cuando ingresa al interior de la habitación ve agonizar a Hyde vestido con las ropas de Jekyll y a un costado un frasco con una posión extraña, Hyde ha muerto.
nEn el laboratorio encuentra un testamento de Jekyll en el que el beneficiario ahora es Utterson, también encuentra una carta de Jekyll.
El abogado reúne todas las cartas (la de Lanyon y Jekyll) para armar un rompecabezas que le permita descubrir lo ocurrido. Una de las cartas está dirigida al farmacéutico pidiendo desesperadamente la droga que él hbía comprado con anterioridad, pero que ahora no es de la misma calidad y que por ese motivo no produce el mismo efecto.
En otra carta Jekyll le pide a Utterson que lea la carta de Lanyon.
Otra de las cartas está dirigidas a Lanyon pidiéndole ayuda.
La carta de Lanyon describe como el prófugo Hyde llegó ante él enviado por Jekyll pidiendo ayuda.
El último capítulo es la carta confesión de Jekyll, en la misma narra como por medio de sus experimentos logró separar, discernir la esencia del bien y del mal en una misma persona. Como bebiendo una posión una persona puede dar lugar a su otro ser, el oculto.
“…en realidad el hombre no es uno sino dos (…) vi que las dos naturalezas luchaban en el campo de mi conciencia.” (Stevenson;1972:81). Se ve con claridad el trasfondo filosófico de la novela.
Análisis de la obra:
El análisis se hará desde los conceptos del psicoanálisis freudiano de culpa  y libido, para ello se cuenta con las obras de Freud (1952) y Zweig (1933).  
Jekyll si bien es médico y científico, en su laboratorio arrastrado por motivaciones filosóficas y morales busca separar el bien del mal “…si cada uno de ellos pudiera ser alojado en una persona distinta, la Humanidad quedaría aliviada de una insoportable pesadumbre. El malvado seguiría su camino, libre de las aspiraciones y remordimientos de su inflexible hermano gemelo, y el justo podría caminar, firme, seguro, por su ascendente camino (…) y sin estar nunca más expuesto a deshonras…” (Stevenson;1972:82).
El bien y el mal conviven en una misma persona, y la conciencia de nuestros actos es lo que nos hace humanos, querer separar lo inseparable nos llevaría (como lo llevó a Jekyll) a la deshumanización, luego de los experimentos dejó de ser Jekyll. Hyde con cada transformación fue creciendo en su tamaño corporal y en su fuerza física, esto ocurrió porque la poción transforma a la persona en su ser oculto, en su ser opuesto, es decir que deja a relucir los aspectos de la personalidad que no salen a la luz y por lo tanto no están desarrollados en la persona; como Jekyll es un hombre sociable, amistoso, agradable, caballero, su ser oculto, su parte menos desarrollada es todo lo opuesto, Hyde es tosco, repugnante, desagradable, no tiene compasión, es bestial, y como está menos desarrollado es más pequeño de estatura, es más joven, más fuerte.
Si bien Hyde aparece descrito como deforme, ante los ojos de Jekyll es una imagen más viva del espíritu, más perfecta y más simple. “La droga actuaba sin discernimiento; no era divina ni diabólica; no hacía sino romper las puertas de la prisión” (Stevenson;1972:86).
Jekyll reconoce que en él fue más fuerte el instinto de maldad y de experimentar como sería transformarse en un ser malvado, por eso es que Hyde adquiere esas características.
Tenemos entonces a un ser que alberga toda la maldad, Hyde, y a otro que es impuro, porque en él conviven el bien y el mal como es Jekyll.
Al comienzo de la novela el personaje misterioso es el Sr. Hyde, al final de la novela lo es el Dr. Jekyll. Una pregunta interesante sería ¿Quién es en verdad el Dr. Jekyll?.
Como vimos en su descripción, Jekyll aparece en un comienzo como un hombre noble, gentil, etc., pero en él ya se albergaba un descontento con su personalidad, se sentía un hombre inacabado, le faltaba su lado malvado. Al transformarse en Hyde deja libre todo lo reprimido, los impulsos de nuestro ser, según la teoría freudiana deja libre la líbido reprimida, los impulsos que todo ser humano posee, impulsos de creación (Eros) e impulsos de destrucción (Tanatos).
Jekyll abrió la jaula que contenían los impulsos destructivos, porque ese fue su deseo, Hyde es la personificación de nuestro Tanatos.
Jekyll es el ser socializado, que sabe como comportarse ante los demás, es correcto, pero en la soledad de su laboratorio y en secreto, desprecia su propio ser, sus buenas costumbres, su cordialidad, por lo que anhela, y hasta admira la brutalidad, la impulsividad, el egoísmo y la bestialidad de Hyde. Admira que Hyde haga lo que quiera y no lo que esperan de él.
Fue Jekyll quien le dio vida y poder a Hyde, la admiración secreta de Jekyll por Hyde le dio a éste con cada transformación más poder y fortaleza, por eso pasó de ser una criatura casí enana a aumentar su talla, Jekyll fue desarrollando su costado maligno, egoísta y perverso. Hyde se fue apoderando de Jekyll.
La Culpa: es un tema que subyace en la obra. No actuar como se espera que lo hagamos conlleva un sentimiento de culpa, la culpa aparece asociada a las expectativas que la sociedad deposita en la persona según el status y rol que ésta ocupa en la sociedad. Jekyll es un hombre culto, instruido, miembro de la Real Academia, Dr. en Medicina y Leyes, agobiado en su interior por tener que ser de determinada manera, ese deber ser es un mandato de la sociedad que entra en conflicto con su ser, con quien es él en realidad (con la convivencia en su interior del bien y del mal, la parte buena de su ser fue la más desarrollada hasta ahora, porque es una que debe controlar sus impulsos, reprimir todo instinto animal, reprimir lo malo) y con quien desea ser (desarrollar más su personalidad inconclusa, su costado menos realizado, pero hacerlo sin culpas, la posión actuaría como un inhibidor de la culpa, hacer lo reprimido y lo socialmente condenable pero sin culpas).
La transformación física sirve también de disfraz ante la sociedad para ocultar el verdadero rostro de Hyde que no es otro que el del honorable Dr. Jekyll, es el “otro yo”, desconocido en la sociedad. Son dos caras de una misma moneda; por más que quiera desvincularse de Hyde, Jekyll aparece siempre ligado a él.
Hyde es como un ser primitivo, antisocial, bestial.
Luego del asesinato de Carew, Jekyll retoma la vida pública, aparece realizando obras de caridad, seguramente para mitigar el sentimiento de culpa por haber matado (Hyde) a Carew.
El desenlace de la obra: está dado por la revelación de los acontecimientos, se revela la doble personalidad del Dr. Jekyll. La revelación está en las cartas del Dr. Lanyon y del Dr. Jekyll.
La muerte de Hyde significó el suicidio de Jekyll, como paradoja de lo que el científico buscó, separar la esencia del bien y del mal, no lo pudo lograr porque ambos estuvieron unidos hasta el final en la misma persona. Lo tenebroso de la obra reside no en los acontecimientos llevados a cabo por Hyde, sino en los llevados a cabo por Jekyll, en su accionar ético, en sus sentimientos ocultos, en lo que esconde.

Itinerario:
Un recorrido personal.
La obra llegó a mi en mi adolescencia, recuerdo que cuando llegó a mis manos el libro me negué a leerlo porque al ser una obra tan conocida uno ya sabía de que se trataba y cuál era el desenlace, no me pareció interesante leerla. He visto tantas referencias a la novela que me pareció que leerla no me aportaría nada nuevo.
Pasaron unos años, y fue cuando tenía unos 19 años que revisando la biblioteca en busca de otro libro se me presentó nuevamente como invitándome a leerlo, y así fue.
Luego de su lectura me di cuenta de lo prejuiciosa que había sido, me había quedado con una imagen desfigurada de la obra producto de las innumerables parodias que se han hecho; en verdad desconocía todo el trasfondo filosófico y moral que contiene. Es una excelente mezcla de novela policial con cuestionamientos acerca de la naturaleza del hombre.
Filosofía, Psicología e intriga se confunden en un atrapante relato.
Volver a leer la novela fue placentero, siempre es bueno deleitarse con un buen relato, por lo que la lectura fue amena. Lo difícil  resultó ser el condensar toda la información que contiene en pocas líneas. La obra en si misma es rica, y a esto se le suma el análisis que uno debe hacer, por lo que fue doblemente difícil la tarea; cómo resumir tamaña novela, y cómo analizarla, desde que perspectiva.
Al leer la novela nuevamente se me vino a la mente Freíd y su teoría del psicoanálisis la idea central de la líbido reprimida, del control y represión de nuestros impulsos primarios, de inmediato vi la dualidad Jekyll/Hyde, y así fue como traté de darle un sentido al análisis de la obra, sabiendo que todo intento iba a ser escueto en relación con la riqueza y potencialidad de la obra.
Espero que el lector se haya sentido lo suficientemente interesado en el resumen y análisis de la novela como para leerla y sacar sus propias conclusiones.


Bibliografía:

Enciclopedia Salvat: Tomo XIV pág. 11083-11085.  Año 2004. Madrid.
Freud, S.: Psicopatología de la vida cotidiana. Ed. Santiago Rueda. 1952.
                Buenos Aires.
Jordá, V.: De Robinson Crusoe a Meter Par: un canon de literatura infantil.
                 Ed. Ariel. 2012
Stevenson, R.: El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.Ed. Centro Editor de América Latina. 1972. Buenos Aires.
Zweig, S.: Freud. Ed. Tor. 1933. Buenos Aires.


martes, 3 de septiembre de 2013

Prohibido sonreír sin permiso - Patricia Guizzo y Daniela Silveira




Daniela:

Todo comenzó por la mañana del día viernes 12 de abril. En clase de Lengua II, la profesora Gabriela Fernández propone un trabajo que esa mañana nos detalló: elegir una novela, un libro de poemas o un ensayo para realizar una actividad grupal.

Decidí realizar la tarea con Patricia Guizzo, querida compañera del año anterior.

Desde allí comencé a pensar qué podría elegir. ¡Tarea difícil! La elección sin duda requiere un tiempo de concentración.

Tratando de recordar qué libros tenía, nada se me venía a la mente.

Sentí en el salón de clase que la gran mayoría iba a escoger novela. Diferentes novelas muy agradables, pero yo, no tenía ni una.

Hablando con Patricia, decidimos hacer algo diferente, y fue así que empezamos a buscar un libro de poemas.

Comencé a buscar en mi dormitorio, también consulté a familiares pero nadie tenía lo que buscaba, solo encontraba recortes de poemas, pero no un libro entero.

Al día siguiente, vi a Paty, le comenté que no había encontrado nada y le propuse recurrir  a la biblioteca pedagógica para ver si encontrábamos algo de nuestro agrado. Patricia me respondió que si había encontrado un libro de poemas, me lo presentó y a primera vista me llamó la atención su presentación.

Leyendo algunos de sus poemas, comenzó a interesarme y  me incentivó a seguir leyendo. Sin duda era eso lo que buscábamos, algo diferente, un libro de poemas y todavía escrito en un lenguaje campestre.


Patricia:


Hace un tiempo mi abuelo escuchó en la radio una propaganda del lanzamiento  de un libro de Abel Soria. Ese mismo día en la tarde me comentó de esto, de su interés por leerlo, pero no recordaba su nombre.

Al día siguiente, fui a una librería cerca del instituto a consultar por la última publicación de este autor. Me informaron que era “Prohibido sonreír sin permiso” y lo compré para regalárselo a mi abuelo.

Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue dárselo, a lo cual respondió con mucha alegría.

Lo leyó, se identificó con varios de los poemas y con algunas de las vivencias que ahí describe.

Pasó un tiempo y nos indicaron este trabajo en el que teníamos que elegir novela, poema o ensayo. Busqué varios libros de los mismos, y ahí recordé el libro de Abel Soria, que nunca había leído pero si había escuchado a mi abuelo sobre lo que trataba. En consecuencia, sentí curiosidad y comencé a leer ciertos poemas; algunos me resultaron graciosos, otros me hicieron reflexionar y más de una vez tuve que recurrir al diccionario para entender lo que expresaba el autor.

Cuando me encontré con Daniela (que ya habíamos acordado en realizar el trabajo juntas) le dije del libro y estuvo de acuerdo en trabajar con él.

Generalmente, la poesía no es elegida como tema a tratar. Supuse que la mayoría de mis compañeros optaría por novela, volviendo más interesante la elección.


Resumen
Desde la prehistoria muchas cosas han cambiado. Leer ya no es lo que era, todo cambia al ritmo que evolucionan las comunidades. Ha cambiado tanto la lectura que ya no se sabe lo que es un libro; leer o escribir no son solo procesos psicológicos, sino también prácticas culturales. Leer poesía proporciona lecturas entre líneas y activa al subconsciente al utilizar simbolismos y metáforas. La poesía hace pensar, desafía a la creación y a la interpretación de lo que el autor quiere transmitir y de lo que el lector interpreta.
En este trabajo se analizará el libro de poemas del autor uruguayo Abel Soria, porque representa el sentir del Uruguay profundo, de ese interior, poco poblado, pero con el que estamos en contacto permanentemente; porque Montevideo es una especie de crisol de nuestras costumbres. La vigencia de Soria en el campo de la creación y la interpretación, le ha permitido mantenerse al día con las temáticas más diversas y de llegar con su humor sano y sencillo, a los más diversos públicos dentro y fuera de fronteras.
Leer poesía y más aún leer “Prohibido sonreír sin permiso”, propone a la imaginación nuevos escenarios en los cuales desenvolverse, los objetos y los acontecimientos toman un nuevo significado. Significado que se va construyendo en toda la infancia, estando presente el ámbito escolar. El docente debe tomar los conocimientos previos y a partir de allí, volcar en el niño pasión por leer poesía. Los temas tratados en este libro son el acervo clásico del campo, trasmitidos de generación en generación; porque lo escrito permanece, aunque sea leído por pocas personas. Es un testimonio que perdura, que está al alcance de todos, que en cualquier momento puede ser leído, disfrutado, comentado, analizado, compartido y que puede verse en algunos de estos versos.


Leer ya no es lo que era…

La escritura cambia al ritmo que evolucionan las comunidades. Quizás haya cambiado poco la lengua española y quizá también usemos las mismas estrategias mentales que usaron nuestros padres para leer y escribir, pero está claro que los discursos de hoy, del siglo XXI, sirven para hacer cosas distintas. Si la televisión ha cambiado, si los coches son muchos más sofisticados, si la cocina se ha llenado de artefactos electrónicos, también los discursos han evolucionado, con las nuevas tecnologías, con el contacto con hablantes de diferentes culturas, con la explosión de la investigación científica, con la implantación o la profundización de la democracia.
  
Ha cambiado tanto la lectura que ya ni sabemos lo que es un libro. Pero este adulto con traje y corbata, ¿es un analfabeto? ¿Es que ya no leemos y, en consecuencia, hemos olvidado también lo que son los libros? ¿O es que,  simplemente,  leemos de otro modo? Con pantallas y teclados.
Antes escribir era sentarse entre la papelera y un montón de hojas, hoy esta escena ya es historia… Hoy “gugueleo” – de Google, se baja de la web los últimos artículos en PDF el día en que se publican, pregunto dudas por correo electrónico, entre otros.

Leer o escribir no son solo tareas lingüísticas o procesos psicológicos, sino también prácticas socioculturales. Leer exige descodificar la prosa y también darse cuenta del significado que cada comunidad otorga a una palabra. Puesto que la sociedad y la cultura evolucionan, también cambian los significados, el valor de cada palabra, de cada texto. Cambia nuestra manera de leer y escribir. Leer requiere descodificar las palabras de un texto, exige que el lector aporte conocimientos previos, obliga a inferir todo lo que no se dice… pero la comprensión proviene de la comunidad de hablantes; el significado nace de la cultura que comparten el autor y el lector.

Entre tantas cosas que podemos leer, encontramos la poesía.
La poesía es un texto que se caracteriza por la musicalidad y el ritmo de las palabras (ese movimiento regular y medido). Expresa los sentimientos, los deseos y las emociones del autor. Tiene una función estática, ya que busca que el lector disfrute de la belleza del lenguaje. Las poesías suelen estar escritas en verso, los cuales se agrupan en estrofas.
Las líneas cortas y las agrupaciones en estrofas dan relevancia a los espacios en blanco y, entonces, el texto emerge en la página con una silueta especial que nos prepara para introducirnos en los misteriosos laberintos del lenguaje figurado. Habilita una lectura en voz alta para captar el ritmo de los versos y promueve una tarea de abordaje que intenta desentrañar la significación de los recursos estilísticos empleados por el poeta, ya sea para expresar sus sentimientos, sus emociones, su visión de la realidad, para crear atmósferas de misterio y de irrealidad, ya sea para relatar epopeyas (como en los romances tradicionales) o, también, para impartir enseñanzas morales (como en las fábulas).

La distribución de los acentos de las palabras que conforman los versos tiene una importancia capital para el ritmo: la musicalidad depende de esa distribución.
La rima es una característica distintiva pero no obligatoria de los versos, ya que existen versos sin rima (los versos blancos o sueltos de uso frecuente en la poesía moderna). La rima consiste en la coincidencia total o parcial de los últimos fonemas del verso. Existen dos tipos, la consonante (coincidencia total de vocales y consonantes a partir de la última vocal acentuada) y la asonante (coincidencia de las vocales únicamente, a partir de la última vocal acentuada). La longitud más frecuente de los versos abarca desde las dos hasta las dieciséis sílabas.

A menos que nos obliguen en la escuela o que estemos cursando una carrera relacionada con la literatura, es muy probable que no leamos poesía de forma cotidiana, tal vez en la creencia que la misma es aburrida, demasiado erudita o que carece de sentido.

Sin embargo, hay un montón de razones para leer poesía.
Con la lectura se mejora, se amplía considerablemente el vocabulario, ya que se utilizan palabras poco recurrentes. Además, puede ser divertida provocándonos una sonrisa.
El poema te proporciona lecturas entre líneas y activa el subconsciente al utilizar simbolismos y metáforas, es decir, le propone a la imaginación nuevos escenarios en los cuales desenvolverse.
Los poetas muestran el mundo común con una nueva perspectiva. Los objetos y los acontecimientos toman un nuevo significado al ser abordado de forma poética.
La poesía hace pensar,  desafía a la comprensión y a la interpretación de lo que el autor quiere transmitir y de lo que el lector interpreta. El autor quiere que sea el lector el que se quede con la última palabra; y sobre todo, que se identifique o rechace lo que está plasmado, no porque así lo indique, sino debido a sus propios  medios intelectuales.

¿Por qué elegir “Prohibido sonreír sin permiso”?

Elegimos el libro de poemas del autor uruguayo Abel Soria, porque representa el sentir del Uruguay profundo, de ese interior, poco poblado, pero con el que estamos en contacto permanentemente; porque Montevideo es una especie de crisol de nuestras costumbres.
La vigencia permanente de Soria en el campo de la creación y la interpretación, desde los años cincuenta hasta el presente, le ha permitido mantenerse al día con las temáticas más diversas y llegar con su humor sano y sencillo, pero a la vez fino e inteligente, a los más diversos públicos dentro y fuera de fronteras.
Nos llamó la atención este libro especialmente, porque la poesía, y más aún, la poesía referida al ambiente campestre, se subestima, se menosprecia, si tenemos en cuenta los “grandes literatos”, los grandes autores.

Don Abel, como lo llaman sus amigos, un filósofo, poeta y cantante “repentista”. Esta última palabra hace referencia a aquellos músicos criollos a los que les basta con señalarles un objeto cualquiera y seguidamente, de forma improvisada componen una letra en verso acompañada con su guitarra y que además goza completamente de sentido, tanto filosófico como estructural, respetando su particular arquitectura literaria y siempre con esa humanidad desenfadada y humor socarrón propio de los gauchos (individuos solitarios, brutos, lacónicos pero con un magistral dominio del sarcasmo).

Abel Soria, unos de los mejores escritores que tiene la República Oriental del Uruguay, un hombre que alberga en su memoria kilómetros de estrofas. Ha leído prácticamente todos los clásicos de la literatura universal, ha escrito docenas de libros publicados en su país, ha realizado ensayos y profundos análisis sobre obras tan colosales como la Biblia o el Quijote.
Inquieto y sediento de saber ha aprendido de forma autodidacta a dominar las ciencias, las letras, el arte y lo ha sabido transmitir a su gente con sencillez y elegancia y siempre con alegría y buen sentido del humor.

Nacido en el seno de una familia pobre hace más de setenta años, en un pequeño pueblo del interior uruguayo, creció entre arados, caballos y vacas sin recibir ningún tipo de educación ni formación, salvo los conocimientos agrícolas y ganaderos que su padre le legó.
Una situación similar a la de cualquier muchacho de su país.
Pero él tenía una inquietud que le llevó a aprender a leer y a escribir (el primero de su familia en dominar tales privilegios).

Aún así, el campo le ocupó toda su infancia y juventud, hasta que con un dinero ahorrado con el tiempo y otro tanto ganado con su guitarra, sus letras y su magnífica voz, le abrieron las puertas a la edad de 29 años a unos estudios superiores y consiguió 3 años después diplomarse en enfermería.
Para entonces ya era una celebridad en todo Uruguay y Argentina y poco después comenzaría a viajar por el mundo con su esposa y sus canciones.
Actuó en Buenos Aires, Nueva York, Miami, Los Ángeles, París, Londres, Madrid, Oriente Medio, la ópera de Sydney…
Conoció gente, y habló largo y tendido, como decía él “más que una cotorra que ha comido pimienta”.

Casado, tuvo un hijo, enviudó, se volvió a casar con su actual esposa (30 años más joven que él).
Ha dado muchas conferencias y clases en la universidad sobre lengua y literatura, invitado por los más prestigiosos catedráticos, los cuales se inclinan ante él, pese a no gozar este de ningún título oficial, como parece obligado para ser invitado a tales honores.

Amante del mate, la caña (bebida uruguaya más fuerte que el whisky) y fumador empedernido.
Un auténtico bohemio que se alimenta de conocimientos y los escribe, un hombre que no quiso venderse a la fama (y tuvo todos los medios para hacerlo) y que gusta de mantener largas conversaciones sobre la vida, la gente, la filosofía y hacerlo además en compañía de amigos y no de otros titanes del saber con los que podría codearse perfectamente.
Por eso apenas unos pocos saben de él.

Decía, en su humilde opinión, que eran cuatro cosas las que aportan sabiduría a un hombre: viajar, conversar, fijarse en buenos ejemplos (generalmente los ancianos) y leer.
La lectura aporta muchos conocimientos de forma rápida.
La conversación enseña a interpretarlos y muestra a uno mismo reflejado en otros.
Los viejos han estado mucho tiempo aquí y son cautos. Fijarse en ellos es una postura práctica e inteligente para seguir un buen camino.
Y el origen de todo ello está en la acción, en el movimiento, en tomar la decisión de salir fuera y ver con tus propios ojos lo que hay.

Quizás no sea competencia de nadie el empujar a otros a realizar ciertas cosas, pero como decía don Abel “es deber del artista el bajar al nivel del pueblo, tomarlos de la mano y subirlos hacia arriba”
Y bien pudiera interpretarse esto con aquello de que el saber nos hace libres.
También el conocimiento trae consigo infelicidad, dolor y sufrimiento, tres cosas imprescindibles para crecer y vivir.
Saber es mejor que no saber y hacer es mejor que no hacer.

Los temas tratados en el libro forman parte del acervo clásico del campo, transmitido de generación en generación; y lo escrito permanece, aunque sea leído por pocas personas.

Es un testimonio que perdura, que está al alcance de todos, que en cualquier momento puede ser leído, disfrutado, comentado, analizado, compartido y verse reflejado en algunos de estos versos.
Recordemos que todo libro, ya sea prosa, poema, es un aporte que alguien realizó y que merece ser tenido en cuenta, ser leído, porque forma parte de nuestro ser, de nuestro sentir, estemos de acuerdo o no con lo que expresa. Tenemos que honrar esa pasión de alguien que escribió, que pensó en el otro/s y en una herencia recibida, y más aún, si se refiere a nuestro Uruguay.

¡Cuántas voces se han hecho eco de las palabras, de los versos de Abel Soria! ¡Y cuántos lo seguirán haciendo!

¡Así es y así será! Por suerte, en distintos medios: un libro, un programa de radio, un recital, ¡cuántos discípulos!

  Disfrutemos uno de sus poemas escogido del libro:

 Mi sonrisa

No atrapo con los rasgos nada esbeltos
de mi silueta igual que la de un sapo,
ni con mis ojos bizcos y revueltos,
¡pero con mi sonrisa sí que atrapo!

Yo no siento complejos y esas cosas
si viendo mi fealdad alguien se espanta,
porque en tren de conquistas amorosas
sonrío y ¡otro gallo es el que canta!

En algún folletín de cierta fama
-de esos que uno, aburrido, a veces mira-,
vi la inscripción “Sonríe: Dios te ama”;
le hice caso y hoy sé que no es mentira.

Cuando mis párpados la parca cierre
buscará mi sonrisa la que adoro,
porque será difícil que me entierre
con mis dientes postizos, todos de oro.

 Reflexión…

Como futuras docentes, tenemos que tener presente que los niños desde muy pequeños se sienten atraídos por la musicalidad de las palabras contenidas en las canciones de cuna, en los juegos de palabras, en las rimas de poemas breves y divertidos. Curiosamente, la poesía resulta natural a los niños más pequeños; para muchos su acercamiento al lenguaje comienza a través de los versos, rimas y repeticiones que sus padres o cuidadores les repiten con amor una y otra vez. Basta recordar la quizás más famosa y tradicional canción de cuna para ver y comprender cómo la rima está presente casi desde el primer día de existencia de un niño:

Duérmete niño,
duérmete ya,
    que si no vendrá el coco
    y te comerá.

Para los niños la poesía es algo natural que forma parte de su vida sin que se den mucha cuenta. Este es un primer gran paso, ya que a medida que crezcan las palabras y los versos les pueden parecen más complejos y por tanto los niños pueden desarrollar cierto rechazo o freno ante ellas. Cuando pequeños, cuando las palabras cantan más que significan, los niños están libres de prejuicios y su placer por la poesía va más allá de realmente comprender el significado de tal o cual poema. Los adultos debemos aprovechar esta disposición de los niños ante las palabras y estimularla, acompañándolos y presentándoles poemas apropiados para cada edad, de manera que este gusto con el que han nacido no se pierda a medida que crecen.
Aquí la labor de los padres y profesores es fundamental pues son ellos quienes podrán hacer un puente entre el interés del niño y un determinado poema o poeta. 


Honremos la poesía. ¡Escribamos poemas!

 Bibliografía:
  
·         Soria, Abel. Prohibido sonreír sin permiso. No. De edición 1. Montevideo: Editorial Planeta, Junio 2012. 212 páginas.

·         Cassany D. “Tras las líneas” – sobre las lecturas contemporáneas.

·         Kaufman A. Mª, Rodríguez Mª. E. “La escuela y los textos”.

·         Visor- Lengua 3 “Manuales de ayuda escolar”.